Quinto Penalti #16: Javier

javier arizmendi

Tressis Sociedad de Valores es una empresa especializada en gestión de patrimonios y asesoramiento financiero. Creada en 2000, tiene su sede central en Madrid y cuenta con oficinas y agentes en algunas de las principales ciudades españolas.

A la plantilla de trabajadores de Tressis pertenece Ángel Javier Arizmendi de Lucas (Madrid, 1984), un gestor de patrimonios con una amplia formación y especialización en el ámbito financiero que es además reconocido por su faceta laboral antes de formar parte de esta compañía.

El Atlético de Madrid, el Real Racing Club, el Valencia C.F., el Real Zaragoza, el Getafe C.F., el Neuchâtel Xamax suizo, el R.C.D. Mallorca y el Deportivo de La Coruña –en dos ocasiones– constituyen el curriculum vitae previo de este profesional de las finanzas, exfutbolista de Primera División, internacional absoluto con España e inusualmente inclinado hacia una vocación muy poco relacionada con el oficio que había desempeñado durante los primeros treinta y un años de su vida.

Conocedor de los dos lados de la mesa, Javier Arizmendi reflexiona aquí sobre la gestión del dinero en el fútbol, la importancia de la ética a la hora de invertir y los valores del deporte que pueden ayudar a construir a un mejor profesional del mundo de las finanzas.

¿Quién es el nuevo Javier Arizmendi? ¿A qué se dedica un gestor de patrimonios?

Un gestor de patrimonios tiene como objetivos, primero, escuchar muchísimo a su cliente, saber qué necesidades tiene y a raíz de ahí, darle un asesoramiento global en cuanto a su planificación patrimonial, optimizar la fiscalidad e intentar que, con los riesgos que asuma en su inversión, duerma lo más tranquilo posible.

Conceptualmente, ¿cuál es la diferencia entre el patrimonio y el capital o los activos económicos de una persona?

El patrimonio engloba todo: inversiones financieras, inversiones inmobiliarias, activos monetarios… es un concepto más global. Aquí en Tressis nos dedicamos específicamente a la inversión financiera. Aunque también intentamos tener contactos en todas las ramas de la inversión, el ámbito financiero es nuestra especialidad.

¿Cómo ha transcurrido su trayectoria laboral y académica hasta llegar a su actual puesto en Tressis?

Me empezó a picar el gusanillo de esto de las finanzas ya mientras jugaba. Estudié Administración de Empresas durante mis años de fútbol, y bueno, cuando vas ahorrando es cuando también te vas interesando en cómo optimizar esos ahorros: intentar entender los productos que te ofrecen las entidades, tratar de conocer la explicación de los ciclos económicos, qué rendimientos esperar según el riesgo que quieras asumir… Todo este tipo de cosas fueron picando mi curiosidad, y una vez terminada mi carrera como deportista hice un MBA para intentar tener una visión un poco más global de lo que puede ser una empresa. Yo tenía más o menos claro lo que me gustaba, que era la rama financiera, pero quería ver otras cosas para no focalizarme sin demasiado conocimiento de otras ramas en algo específico como es la parte financiera.

«Un futbolista tiene tiempo para estudiar una carrera universitaria porque su jornada laboral no es a lo mejor tan extensa como la de otro profesional»

Así, confirmé que lo mío era todo lo que tenía que ver con números y finanzas, e hice luego un curso más específico de banca privada y asesoramiento financiero que me permitió presentarme a una acreditación European Financial Advisor (EFA), que aprobé. En ese mismo curso conocí a gente de Tressis, y fue gracias a ellos que tuve la oportunidad de llegar hasta donde estoy.

Su carrera deportiva profesional duró once años, en los que usted vivió nueve etapas en ocho clubs distintos. ¿Cómo logró compaginar su carrera universitaria con las exigencias de un deportista profesional, con el añadido de tantas ciudades y equipos?

No fue fácil, pero yo siempre digo lo mismo cuando me lo preguntan: tiempo hay. Creo que un jugador tiene tiempo para estudiar una carrera universitaria porque su jornada laboral no es a lo mejor tan extensa como la de otro profesional. Pero sí que es verdad que la exigencia física y psicológica que tiene el fútbol hace que cueste ponerte, que cueste ir sacando las asignaturas…

También puede influir el entorno o las circunstancias que rodean tu vida como jugador. Un futbolista es una persona joven, que es independiente económicamente a una edad temprana, y no siempre el entorno es el más propicio para mantener una formación académica. Todo esto influye y hace que no sea fácil, pero creo que es posible y que ahora hay más conciencia de la importancia que tiene prepararse para el futuro. Y mi caso fue así: ir muy poco a poco, teniendo años en los que prácticamente aprobabas una o dos asignaturas, y cuando ves que el fin está cerca te pones un poco más las pilas.

Ha forjado su vida laboral en base a su vocación por las finanzas. Aun así, ¿cómo se decantó por el camino difícil pudiendo a lo mejor haber aprovechado su reputación para obtener otro puesto de trabajo vinculado con el fútbol?

Quería probar otras cosas, he tenido siempre otras inquietudes y no me quería ceñir al ámbito puramente futbolístico. El mundo financiero era la inquietud que yo tenía, y quería probarme e intentarlo.

Porque siempre tendremos el fútbol. Yo me acuesto y me despierto pensando en fútbol, no hay un día en que el fútbol no esté presente en tu vida diaria porque has vivido en ese mundo toda tu vida. Pero bueno, de alguna manera quería darle un giro a mi vida y salir de esa zona de confort, ya que lo más fácil habría sido vincularme a algo relacionado con el deporte por todos los contactos que haces durante toda tu carrera. Pero es lo que digo, quería experimentar otra cosa.

«Lo más fácil habría sido vincularme a algo relacionado con el deporte por todos los contactos que haces durante toda tu carrera, pero quería darle un giro a mi vida»

¿Recomienda, por tanto, que los futbolistas apuesten por la formación superior?

Está claro que sí, pero lo difícil es precisamente eso de salir de la zona de confort. No fue fácil para mí volver a las aulas cuando hice el máster, no fue fácil venir a la entrevista con la directora general de Tressis… pero son experiencias que yo creo que si algo te inquieta o te gusta, tienes que dar el paso, porque acabas joven y tienes una vida por delante.

Cuesta, claro, porque no es fácil, es un cambio de vida totalmente diferente. Pero bueno, si te gusta, si tienes la inquietud, si crees que puedes aportar cosas y sabiendo que tienes siempre un vínculo con el deporte porque toda tu vida se ha desarrollado en ese entorno y no tienes por qué dejarlo de lado, adelante.

Llegar hasta donde está también supuso que usted dejase el fútbol a una edad temprana, treinta y un años. ¿Cómo se toma la decisión de dejar de lado un estilo de vida y un oficio que no va a poder recuperar?

A mí no me costó mucho, la verdad. Yo ya veía que mis últimos años tampoco habían sido muy buenos a nivel deportivo por jugar poco por diferentes circunstancias: las lesiones, la menor confianza de los entrenadores… por lo que fuese. Entonces yo ya no me sentía con la ilusión y la motivación necesarias para tener que volver a cambiar de ciudad o tener que movilizar a mi familia, así que decidí emprender otro camino.

No fue demasiado traumático, porque sabía que tarde o temprano tenía que llegar. Pero sí que es un cambio de vida, y echas cosas de menos: el ambiente del vestuario, el rondito antes del entrenamiento… sí, se echan de menos, pero bueno, si no hubiese sido con treinta y uno, habría sido con treinta y tres, así que hay que asumir que la vida te cambia.

Usted logró convertirse en un futbolista de largo recorrido en Primera División y por tanto, una figura conocida por mucha gente. ¿Cómo fue el proceso de abrirse paso en este nuevo sector? ¿Tuvo que reiniciar y partir desde cero pese a su cartel como deportista de élite?

Sí, está claro. Al fin y al cabo, puedes tener la formación, hacer una carrera, un máster y muchas más cosas relacionadas con las finanzas, pero la experiencia es lo que te da el conocimiento. Este es el punto en el que estoy. Tengo la suerte de estar en una empresa grande, en la que trabajan más de cien personas, donde hay analistas de prestigio y que te da esa experiencia de forma más acelerada, pero sí, es cuestión de cambiar el chip y ponerte a empezar.

«El fútbol es el mejor máster, la mejor escuela de negocios. Es un cursillo acelerado de vida que te inculca valores muy importantes»

Esa etapa deportiva marcada por los cambios de lugar de residencia ¿le sirvió para crecer como persona y como futbolista en aquel momento?

Yo creo que no es el hecho de estar en una ciudad, en cinco o en veinte, es el hecho de vivir de forma acelerada, y lo que tiene el deporte y el fútbol en este caso es que es el mejor máster, la mejor escuela de negocios. Tienes que empezar a tomar decisiones que nadie toma con veinte años: te vas fuera de tu ciudad y lejos de tu familia, te casas y tienes hijos antes… Es como una especie de cursillo acelerado de vida, y creo que también te inculca valores muy importantes para que tú apliques luego en tu vida posterior, tanto profesional como personal.

El trabajo en equipo, por ejemplo.

Hay cien mil: trabajo en equipo, la orientación a resultados, la autoexigencia, la capacidad de afrontar situaciones estresantes… podría decir muchísimos valores que te permite vivir el fútbol y que luego, bien aplicados, pueden ser también de utilidad para las empresas, yo creo. Porque claro, para una empresa tener un perfil de estos puede ser muy interesante también.

¿Gestiona usted en Tressis el patrimonio de algún futbolista?

Yo empecé a trabajar hace un año en Tressis, y llevo alrededor de seis meses desarrollando un servicio un poco más específico para el deportista profesional. Y como siempre digo, ya estamos empezando a recoger esa siembra que hemos hecho: ya hay gente del deporte que está empezando a trabajar con nosotros y que yo creo que se siente con mucha confianza, porque al final te perciben como un igual, como alguien que también ha estado al otro lado de la mesa. Esto genera una sintonía que es muy interesante y de fiar para ellos.

¿Qué tipo de inversiones suele realizar un futbolista profesional?

Cada caso es diferente y no me gusta categorizar –medita su respuesta–… Pero si tuviese que hacerlo en un solo tipo, es un tipo de inversor que maneja o controla el sector inmobiliario. En varios casos está acostumbrado a cambiar de ciudad y lo ve tangible, ve que tiene sus ladrillos, sus ventanas… así que por lo general, a lo mejor pesa su patrimonio inmobiliario más que el financiero por eso de que es tangible. Eso tiene sus ventajas, pero también sus desventajas.

De lo que sabe de su caso particular y de los compañeros que ha tenido, ¿suele ser un futbolista un buen administrador de sus ingresos?

Como digo, hay de todo. Hay quien se interesa más por el tema y a quien le interesa menos, quien ha tenido mejores o peores experiencias, ya que estas también te hacen aprender… así que se da todo tipo de casos. Y no solo el futbolista, yo creo que el más común de los mortales, al igual que un abogado o un asesor fiscal, también necesita un asesor financiero que desde la independencia y sin conflicto de interés, le pueda ir guiando sus decisiones de inversión mientras él se dedica a lo suyo, lo verdaderamente importante, que en este caso es jugar al fútbol y divertirse.

«El más común de los mortales necesita un asesor financiero, al igual que necesita un abogado o un asesor fiscal»

Pese al riesgo que pueda conllevar, defiende que la inversión es más rentable que la ‘política del colchón’.

Por supuesto. Aunque últimamente estemos con tasas muy bajas, el efecto de la inflación siempre es muy perjudicial para el que tenga su dinero guardado bajo el colchón. Es también un factor cultural el perder el miedo a la inversión financiera, pero bueno, también hay muchos niveles de riesgo que poder asumir. Con una gama tan amplia de productos financieros, siempre hay uno que le encaje a cualquier persona, pero sí, ya solo con el efecto de la inflación, los cien euros que yo tenga debajo del colchón van a valer menos el año que viene, por lo que mi poder adquisitivo se minora. Solo por ese efecto, es interesante por lo menos tener una rentabilidad de tus ahorros superior a la inflación.

Hablaba antes de la influencia que puede tener el entorno de un futbolista. ¿Cree que este es tóxico para él en determinados casos?

Quizás sea un poco fuerte definirlo como tóxico, pero hay que verse en la situación. Yo creo que nos ha pasado al noventa por ciento siendo jóvenes, teniendo independencia económica, siendo famosos… puede pasarnos, claro, que a lo mejor en un momento determinado perdamos el foco de lo realmente importante, y ahí sí que se pueden tomar algunas decisiones equivocadas…

¿Es más largoplacista el futbolista que lo que nos pueda parecer?

Al fin y al cabo, en el fútbol impera el corto plazo: es el partido siguiente, el entrenamiento siguiente… También están los cambios de equipo, y eso lo sé yo por experiencia propia, que firmas a lo mejor por tres o cuatro años por un club, y a lo mejor al siguiente o a los dos siguientes ya no estás. Con los cual, todo esto hace difícil planificar tu futuro a largo plazo, así que lo que yo les intento hacer ver desde aquí es que el fin es inexorable, que tarde o temprano el grifo se cerrará y que hay que intentar minimizar esas incertidumbres que pueden tener en el futuro.

La actualidad de los últimos meses no deja de estar llena de casos de importantes futbolistas investigados por presuntos delitos de evasión fiscal. ¿Por qué cree que se producen?

No tengo ni idea, es algo que sinceramente no controlo. Yo creo que es cuestión de sus asesores, ¿no? No puede ser que todas esas estructuras tan complejas partan de ellos… Pero vamos, no me quiero meter ahí porque no conozco cada caso particular, ya que entiendo que todos serán diferentes.

«El comportamiento del padre de Ødegaard fue ejemplar»

¿Qué opina de que ciertos deportistas de élite tributen fuera de España?

No me quiero meter en este tipo de cosas. Pero al hilo de esto y de la pregunta anterior, creo que lo que se habló del padre de Ødegaard y los e-mails que escribió –este se ciñó a razones éticas para desestimar una propuesta para evadir impuestos procedentes de los ingresos por publicidad de su hijo: “es un problema moral esforzarse en no pagar impuestos mientras otras personas trabajan para pagar sus facturas”, dijo por correo electrónico– es un ejemplo, y ahí lo dejo. Quizás sea cuestión de comparar un concepto nórdico con otro a lo mejor más mediterráneo.

A mí me parecieron ejemplares esas declaraciones, reconocer que su hijo ganará suficiente dinero, gracias a Dios, para poder aportar a las arcas públicas según lo que establece la Ley, y decidir no establecer una estructura fiscal demasiado compleja porque no le parece oportuno. Sinceramente, a mí eso me pareció un ejemplo.

¿Paradigmático?

Sí, es otra concepción. Yo creo que allí la gente sabe que tiene carreteras, calles y aceras bien acondicionadas porque paga sus impuestos, y eso es un concepto que a lo mejor no está tan arraigado en España o en los países del Mediterráneo, mientras esta filosofía más continental o más nórdica lo ve así. Bueno, son formas de interpretar, sin más, cada uno tendrá sus motivos para hacer este tipo de cosas.

«La pasión que existe en el fútbol hace que se pueda remunerar así a sus actores»

¿Qué opina de los salarios de las grandes estrellas del fútbol? ¿Piensa que son excesivos o se ajustan a la realidad de sus perfiles profesionales?

Yo creo que el fútbol genera todo esto. Tú vas a los estadios y te das cuenta de que el fútbol mueve masas. Entonces, esa pasión que existe por el fútbol hace que se pueda remunerar así a sus actores. ¿Que el sacrificio de otros colectivos, incluso dentro del deporte, como atletas o ciclistas, es mucho mayor y con mucha menor remuneración? Sí, pero claro, es que las cifras que se mueven en el fútbol también hacen que sus actores puedan exigir eso.

¿Qué relación guarda actualmente con el mundo del fútbol?

Como decía antes, llevas el fútbol en la sangre. Has estado en varios equipos, has hecho amigos y conocidos, y me vincula el seguir manteniendo el trato con ellos y de alguna manera, ejercer mi nueva profesión siendo ellos mis clientes, así que no pierdes el contacto.

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