Quinto Penalti #2: Ángel

ángel férez

Pocas personas pueden decir que hayan vivido tantas cosas variopintas como Ángel Francisco Férez Crespo (Sevilla, 1966). Tras haber defendido las porterías de equipos como el Real Madrid B –antiguo Castilla–, Rayo Vallecano, Mérida y Cádiz, el segundo protagonista de Quinto Penalti decidió no dejar totalmente de lado ni el fútbol, ni los guantes. Casi desde su retirada, en 1999, decidió convertirse en entrenador de porteros y transmitir los conocimientos adquiridos durante su trayectoria a otros compañeros de profesión.

Uno de sus trabajos más notables como técnico fue formar parte del staff de Luis Aragonés que logró devolver la gloria a la Selección española tras hacerse con la primera Eurocopa hispana en 44 años. Con el ‘Sabio de Hortaleza’ vivió también su breve aventura en el fútbol turco en el Fenerbahçe S.K., hasta su fichaje por la Unión Deportiva Almería, en 2009.

Hablar de Ángel Férez es también hablar de superación, puesto que fue capaz de sobreponerse a dos ictus sufridos casi de forma consecutiva en 2013 y conseguir llevar una vida plenamente normal. Dentro del cuadro andaluz, su trabajo actual consiste en trabajar día a día con Casto Espinosa y Julián Cuesta, y poner así su granito de arena para que el Almería compita el próximo año en Segunda División.

La U.D. Almería está viviendo una temporada complicada. A punto de terminar la Liga Adelante, el equipo lleva prácticamente todo el año luchando por mantener la categoría. ¿Cómo se ven de cara a esta recta final?

Hemos sacado un punto contra el Llagostera este miércoles y logrado una victoria muy importante contra el Oviedo este pasado fin de semana. Son cuatro puntos que nos permiten recuperarnos algo de los tropiezos que habíamos tenido en las tres jornadas anteriores, contra Numancia, Nàstic y Huesca, cuando antes habíamos logrado sumar una racha de diez partidos seguidos sin perder. En estos momentos estamos en los puestos de descenso, pero estos dos últimos resultados nos hacen pensar que estamos en el buen camino. Nos quedan dos citas contra Mirandés y Córdoba donde nos jugaremos nuestro objetivo final, que es la salvación.

¿Cree que la plantilla está mentalizada para pelear y lograr la salvación?

Sí, están trabajando muy bien. Los chavales saben que nos quedan dos finales, y que en estas dos finales lo tienen que dar todo. Es importante que el equipo se quede en Segunda División para poder afrontar el año que viene de otra manera e intentar volver a ser un equipo que lucha por ascender.

El Almería es un equipo que venía de Primera División, así que las expectativas seguramente eran diferentes a principio de temporada. ¿Qué cree que falló para que el equipo no lograse consolidarse y pelear por el ascenso otra vez?

Las expectativas al principio de temporada eran de volver a ascender y creo que se hizo un equipo para ello, con muy buenos jugadores. A lo mejor pecamos un poco de pensar que la Segunda División iba a ser un ‘paseo’, que íbamos a tener muy fácil el ascenso, y la verdad es que esta categoría es muy igualada y complicada. Entonces, con un equipo en el que las expectativas son de ascenso o de jugar playoff, verse casi desde la jornada 10-12 metidos en los puestos de debajo de la clasificación dificulta mucho el cambio de chip. Además, al ser una liga tan dura y exigente, se nos complicó el estar abajo y hemos ido remando un poco hacia atrás. Pero con el paso de las jornadas, el equipo parece que ha ido saliendo, aunque todavía no nos llegan los puntos para certificar la salvación.

«La plantilla del Almería sabe que lo tiene que dar todo en las dos finales que nos quedan»

Sobre su labor como entrenador de porteros, ¿cómo valora el trabajo que están haciendo Casto y Julián?

Durante todo el año han trabajado bien. Creo que a principio de temporada se contagiaron un poco de la tendencia negativa general: cuando el equipo no funciona del todo, no funciona casi nada, pero bueno, yo estoy muy contento con el trabajo de los dos. Casto, que es el que más partidos ha jugado, lleva una buena temporada, y todos sabemos que Julián es un portero de futuro, así que con él queda esperar a ver cómo terminamos esta temporada, y el año que viene, si seguimos todos aquí, intentar que lo afronte de otra manera.

Nos detenemos en Julián Cuesta. El año pasado, en Primera División, hubo un tramo de temporada en el que jugó bastante, donde tuvo protagonismo y cuajó buenas actuaciones; este año, con unos rivales no tan complicados como los de la Liga BBVA, no ha logrado dar ese golpe sobre la mesa. ¿Qué cree que sucede? ¿Se estancó un poco, su participación en ese momento fue algo precipitada, aún veremos su mejor versión..?

A Julián le tocó jugar en Primera División tras la lesión de Rubén Martínez y estuvo muy bien bajo palos, pero es un portero joven y hay veces, sobre todo en una situación complicada como fue la lucha por la salvación la pasada temporada, que los entrenadores intentan tener en el campo gente con más experiencia, y en aquel momento Julián no la tenía. Este año ha pasado un poco más de lo mismo: cuando se confeccionó la plantilla, se buscó un guardameta con experiencia que acompañase a Julián en nuestra nómina de porteros, y por eso se fichó a Casto.

Sí que es verdad que Casto hizo una buena pretemporada, como Julián, pero Sergi Barjuán, que en ese momento dirigía a nuestro equipo, prefirió optar por el primero por esa experiencia y porque encajaba mejor con la idea de juego que él tenía como entrenador. Casto había ido manteniéndose con la titularidad hasta que le dieron la oportunidad a Julián. Por entonces, el equipo no andaba muy bien, y todo se contagia: cuando tuvo la opción de jugar no estuvo bien, y volvió a ceder su puesto en el once a Casto, que lo conserva desde entonces.

Sin embargo, yo tengo mucha confianza en Julián. La tuve desde el principio, siempre he querido que estuviese aquí con nosotros y por eso digo que el año que viene, si continuamos todos aquí, seguiré trabajando con Julián sabiendo que es un portero de futuro. Es muy joven y todavía le queda mucho para demostrar.

Si tenemos que hablar de Ángel Férez como técnico, tenemos que hablar de Luis Aragonés. ¿Cómo fue trabajar con él?

Tuve la suerte y la fortuna de trabajar con él, y la verdad es que era un ‘máster’; estar con Luis Aragonés era aprender todos los días. Él era seleccionador nacional cuando yo estaba trabajando para el Cádiz, y por mediación de César Mendiondo y de Jesús Paredes conseguí unirme al cuerpo técnico de la Selección como ojeador y estar en la Eurocopa de 2008. A partir de ahí, tuve muy buena relación con Luis.

Gracias a esta amistad, cuando le salió la oportunidad de irse a Turquía a entrenar al Fenerbahçe, me pidió si yo quería acompañarlo y por supuesto, acepté; esa oportunidad no la podía dejar escapar. La verdad es que con él aprendías algo nuevo cada día. Estar con un entrenador como Luis Aragonés, que había ganado tantos títulos, fue un orgullo tanto para mí como para los que es su momento estábamos casi empezando en esto de entrenar.

«Trabajar con Luis Aragonés significaba aprender todos los días»

La pena es que al final solo coincidí un año y medio con él, entre esa Eurocopa y el año del Fenerbahçe, y reconozco que me hubiese gustado estar mucho más tiempo, pero después de Turquía, el míster decidió no volver a entrenar más. Mientras, a mí me salió la opción de firmar con la Unión Deportiva Almería, le pregunté y él me dio el visto bueno. Me quedo con una experiencia espectacular en lo personal y lo profesional.

Si le pidiese que se quedase con una de las lecciones que ha aprendido de Luis Aragonés, ¿cuál sería?

Lo que más me sorprendía era la manera de llevar el grupo. Tenía una facilidad tremenda para motivar a los jugadores al máximo y tenerlos a tope, y eso era lo que más alucinado me dejaba. Pese a que la gente pensaba que era un poco ‘especial’, Luis era un hombre cariñosísimo, y a su gente la quería como a nadie. La verdad es que para mí era impresionante cómo llevaba el grupo, cómo sabía hablar a cada jugador. Todo eso hacía que al final lograse hacer un equipo competitivo y ganador.

Durante su presencia en el cuerpo técnico de la Selección española de 2008, figuraba como indiscutible bajo palos Iker Casillas, un hombre que después de haber ganado numerosísimos trofeos es mirado con lupa y cuestionado cuando comete un error. Usted, que fue portero y que entrena con porteros, ¿cómo justifica la actual situación en la que se encuentra, ocho años después?

Para mí, Iker ha sido el mejor portero español, y a mi modo de ver, las críticas que ha recibido han sido injustas, porque todos los que estamos metidos en este mundillo sabemos que el fútbol no tiene memoria. Está claro que cuando comenzó a ser señalado, él decidió que se había acabado una etapa en el Real Madrid, y prefirió salir de España para no tener que enfrentarse al equipo de su vida. Al final, cuando has logrado salir de esa rueda, se vuelve muy complicado lograr mantener el mismo nivel, y a Casillas creo que le está pasando eso mismo: mostrar las mismas capacidades que cuando estaba jugando en el mejor equipo de España se vuelve muy difícil con otro equipo y con otros compañeros. Él tomó esa decisión, y luego siempre te terminas encontrando con tus defensores y tus detractores entre los periodistas.

Y en esa situación es en la está: Iker ya ha ganado todos los títulos que tenía que ganar, no creo que le quede ninguno. Ahora van viniendo generaciones nuevas y lo que le queda es ayudar en lo que pueda, y si el seleccionador cree conveniente que tiene que estar de titular, pues lo estará, y si no, para mí ha hecho historia y creo que eso no se lo va a quitar nadie.

¿Está satisfecho con los tres porteros que ha llamado Del Bosque para la Eurocopa?

Totalmente. A Casillas por supuesto que lo llamaría, eso ya se da por hecho porque soy un enamorado de él. De Gea también es una excelente elección por su juventud y porque creo que es un portero importante, puede que el del futuro. Y ahora mismo es verdad que hay porteros en Primera División que tienen mucho nivel. Sergio Rico es uno de ellos, y por lo que se estaba viendo en las últimas convocatorias, parecía bien claro que podía ser uno de los elegidos.

¿A quién ve titular?

Yo creo que va a ser De Gea, pero aquí influirá cómo vaya yendo el campeonato, porque al igual que nos pasa en nuestro equipo, si necesitas experiencia internacional el que más tiene es Iker. Pero no cabe duda de que De Gea está en un gran momento, lo ha demostrado y es probable que el seleccionador se decante por él.

Después de un mal Mundial en Brasil, ¿cómo ve a esta España campeona de Europa defendiendo su corona?

En España hay jugadores para volver otra vez a la senda y ser campeones otra vez, lo que pasa es que es muy complicado mantener la hegemonía que ha mantenido la Selección durante estos últimos años. Nos pasa que al ser un equipo favorito, los rivales te estudian mucho, te esperan, te plantean situaciones en las cuales te encuentras incómodo, y cuando te salga un día un poco peor, se te complica sacar un resultado positivo. Pero yo creo que estamos en la buena dinámica, en la buena senda, y van a hacer una Eurocopa espectacular. Campeona de Europa no sé si volverá a ser, pero de lo que sí estoy seguro es que vamos a hacer un gran torneo.

Nos vamos a un tema personal. A finales de 2013, sufrió dos ictus de los que afortunadísimamente se ha logrado recuperar del todo y volver a su trabajo con normalidad. Usted, al que se podría llamar un superviviente, ¿cómo vivió esa terrible experiencia?

La verdad es que fue una situación extraña. Yo siempre he sido un poco ‘especial’ con el tema de los médicos, nunca me han gustado mucho, y llevaba unos días en los que no me encontraba bien, que perdía la visión y tenía muchos dolores de cabeza, pero yo pensaba que ya se me pasaría. Fuimos a Pamplona a jugar, y después del calentamiento, al entrar en el vestuario, me caí al suelo, perdí la visión del ojo izquierdo y casi toda del derecho, y en vez de irme al hospital allí, esperé y me volví a Almería al día siguiente, cuando me volvió a dar otro.

«Cuando te diagnostican un ictus te das cuenta de que no nos queremos mucho»

Cuando entré al hospital, me hicieron la resonancia y me dijeron lo que me había pasado. En ese momento, empiezas a pensar que no nos queremos mucho, que cuando nos pasa algo de esto siempre tenemos que intentar ir al médico al principio. En el hospital donde estuve me trataron espectacular, me pusieron rápido medicación, me cuidaron, vino mi familia y tanto la gente de Almería, Cádiz, Madrid y todos los que me conocen del fútbol me mandaron muchos mensajes de apoyo. Además, coincidió que el primer partido que jugamos en casa fue contra el Real Madrid, y la gente de Almería me puso una pancarta dándome ánimos, los jugadores se pusieron una camiseta… y la verdad que todo eso, quieras que no, te ayuda a mejorarte. Yo no sé si será porque ves que la gente está pensando en ti, pendiente de ti, pero eso contribuye a la recuperación.

Con la ayuda de mis hijas y de mi mujer estuve en Cádiz un mes y medio, que es el tiempo que estuve de baja, y con los buenos cuidados al final no me dejó secuelas y ya es algo olvidado, porque sigo haciendo lo que más me gusta, que es entrenar porteros.

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